ARCÁNGEL SAN RAFAEL
ARCÁNGEL SAN RAFAEL
Es el Custodio de Córdoba desde el siglo XVI, tal como proclamó ante el padre Roelas, cuando la peste azotó a la ciudad y afirmó que el propio San Rafael se le había aparecido.
Desde entonces, la devoción por San Rafael ha llevado a que en la actualidad se le tome como patrón de la ciudad, en lugar de sus auténticos patrones, San Acisclo y Santa Victoria. Su fiesta, el 29 de Septiembre, no es fiesta local, ya que Córdoba celebra su festividad local el antiguo día de San Rafael, el 24 de octubre.
Como director de la obra se nombró a Miguel Verdiguier que realizó ligeras modificaciones sobre el proyecto original.

El conjunto escultórico, con una altura superior a los veintisiete metros, se compone de una base de mármol negro sobre la que se erige un monte del mismo material simulando varias breñas y horadado en su centro. En su cumbre se eleva una torre o castillo de jaspe encarnado, adornado con almenas y cercos de puerta y ventanas de jaspe blanco que, a su vez, sirve de base a una columna de mármol veteado de diversos colores sobre la que se sitúa un capitel y la estatua del arcángel. Tanto en la base como la montaña hay algunos adornos y atributos, y en esta última, tres estatuas de mármol blanco que representan a los mártires patronos de Córdoba, San Acisclo y Santa Victoria, y a Santa Bárbara.2
Su fiesta se celebra el 24 de octubre. A finales del siglo XX la festividad de los Arcángel San Gabriel, San Miguel y San Rafael fueron reunidos en un mismo día, el 29 de septiembre. Sin embargo, a Córdoba se le concedió el privilegio de mantener la festividad según la tradición, en atención a la gran devoción que la ciudad le dedica. Es, junto a la Fuensanta, las dos fiestas locales de la ciudad.
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